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Salud mental y empleo digno

Los trastornos psicosociales y de salud mental causados por las malas condiciones de trabajo, el gran reto de la prevención de riesgos laborales.

 

Durante muchos años ha sido una realidad silenciada. España es el país de la Unión Europea que más medicinas para la depresión y la ansiedad consume. El suicidio ya es la primera causa de muerte en algunas franjas de edad de jóvenes y adultos. A raíz de la pandemia provocada por la Covid, la salud mental se ha convertido en un tema de debate público. Cada vez más personas trabajadoras sufren los efectos de los riesgos psicosociales de origen laboral. El estrés laboral, el miedo a perder el trabajo, la presión en sectores y puestos de trabajo enfocados a resultados inasumibles y una mala organización del trabajo afectan directamente a la salud mental de las personas trabajadoras.

 

Encontramos un ejemplo en el personal socio-sanitario y en el resto del personal “esencial” que sufrieron elevadas tasas de depresión y ansiedad durante la pandemia. Y no solo este sector sufre riesgos psicosociales. Por ejemplo, las personas trabajadoras de los sectores financiero, químico, salud, del derecho, de la educación o del campo presentan significativas tasas de bajas por depresión y suicidios, que son originados por trastornos psicosociales, muchas veces, asociados a unas malas condiciones de trabajo.

 

Y esto, evidentemente, ocurre porque la precariedad laboral tiene consecuencias en la salud mental. En muchos sectores la ansiedad y la depresión es de las principales causas de las bajas y la primera causa de muerte en el trabajo son los infartos y derrames cerebrales, patologías que también derivan, en su visión de salud holística e integral, de los riesgos psicosociales y malas condiciones laborales.

 

Por eso, instamos al Gobierno a abrir la mesa de diálogo social en materia de salud laboral y articular, de forma inmediata, un plan de choque en este ámbito que incluya medidas para reducir la incidencia de los riesgos psicosociales y la salud mental entre la población trabajadora. 

 

Además, es necesario que se refuerce la Inspección de Trabajo y que los Inspectores actúen conforme al Criterio Técnico 104/2021 sobre riesgos psicosociales sin esperar a la denuncia previa de los trabajadores, que en muchos casos tienen miedo a las posibles consecuencias y represalias que les pueden conllevar el hecho de presentar denuncias sobre las condiciones laborales que sufren. Asimismo, se debe establecer el ratio recomendado por la OIT de 1 inspector por cada 10.000 trabajadores, que a día de hoy no se cumple.

 

Este fortalecimiento de la inspección de trabajo es indispensable para que las empresas cumplan con la normativa en materia de prevención de riesgos laborales y para que realicen evaluaciones periódicas de riesgos psicosociales, también en caso de teletrabajo. Igualmente, se debe actualizar el listado de Enfermedades Profesionales con las patologías relacionadas con los riesgos psicosociales, como ya hizo la OIT hace 12 años.

 

En definitiva, el empleo digno y la salud mental van unidos y luchar contra la precariedad laboral y afrontar y prevenir los riesgos psicosociales en el trabajo mejora y salva las vidas.

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