Este año el SMI tiene que combatir ya la subida de precios que estamos sufriendo y que afecta especialmente a las capas sociales más indefensas
El gobierno ha planteado esta semana un incremento inminente del
Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Concretamente ha propuesto subirlo hasta los 965 euros mensuales en 2021, es decir, un aumento de 15 euros al mes. Subida muy reducida que además no posee carácter retroactivo. Una cantidad que es insuficiente, teniendo en cuenta la actual evolución del IPC (crecimiento de un 3,3% interanual) que repercute en elementos claves de la vida cotidiana de los trabajadores y trabajadoras de este país como la energía y la alimentación.
En este sentido, la recomendación de la Comisión de Expertos de una
subida entre 12 y 19€, proyectada sobre unos escenarios diferentes, se queda corta, en tanto que en sus previsiones no tiene en cuenta el importante incremento de la inflación. Este año 2021, el SMI tiene que recoger ya el aumento de los precios que estamos soportando y que afecta especialmente a las capas salariales más bajas. Por eso, el Salario Mínimo Interprofesional debe reflejar una subida entre 25 y 30€ con carácter retroactivo desde el 1 de enero. Sin eso, de no habremos al menos paliado el abismo de desigualdad que no deja de incrementarse. Es imprescindible, además, cerrar el acuerdo global para que este incremento siga progresando en los años 2022 y 2023, para que a principios de 2023 se sitúe en torno a los 1.060€, con el objetivo de llegar al 60% del salario medio en España, como recomienda la Carta Social Europea.
Efectivamente, tenemos una inflación desbocada, el precio de la vida se ha incrementado para muchas familias que tienen dificultades para llegar a fin de mes. Estas personas van a utilizar obligadamente todo este incremento del SMI para consumir, lo que también es bueno para la economía, ya que un incremento del consumo aumenta la creación de empleo que necesitamos para consolidar la recuperación económica. Por eso, la patronal debería replantear su postura y sentarse en la mesa para negociar con los sindicatos y con el gobierno esta subida, y así continuar con la tradición de los últimos años de acordar la subida del Salario Mínimo Interprofesional entre las tres partes.
Y es que no hay explicación a los peregrinos argumentos que dan los empresarios para no aceptar un aumento del SMI este mismo año a salvo de que se quiera tener una gran bolsa de mano de obra barata dispuesta a trabajar por condiciones inasumibles. No es esta la sociedad que nosotros queremos.
