He seguido con gran preocupación la situación del pueblo afgano y las posibles vulneraciones de los derechos humanos en este país. Sobre todo, me preocupa la situación de las mujeres, segregadas socialmente en el anterior régimen talibán, y la crisis humanitaria producida tras la victoria de este movimiento extremista.

En este último punto necesitamos que la comunidad internacional, que obviamente ha fracasado en su objetivo de contención del grupo radical, muestre un compromiso total para acoger a todas las personas que huyen de Afganistán. Y quiero reclamar directamente a la Unión Europea que cumpla la Convención de Ginebra y la normativa internacional de derechos humanos. Desde UGT, como ya anunciamos, hemos puesto a disposición las habitaciones de nuestra histórica escuela “Julián Besteiro” para acoger a los refugiados y refugiadas afganas.

Por su parte, la ultraderecha europea y española, en vez de sentir solidaridad por estas personas, exige con demagogia y xenofobia que no se acoja a ninguna persona refugiada por tener una etnia diferente, principalmente por su religión. Es necesario subrayar que no debemos confundir las ideas extremistas talibanes con el pensamiento de la mayoría de los musulmanes del mundo, como los propios refugiados y refugiadas, que quieren vivir en paz y tener una vida digna.

Además, quiero recordar la situación de persecución que sufre el Sindicato Nacional de Trabajadores de Afganistán (NUAWE), organización con más de 131.000 afiliados perteneciente a la Confederación Sindical Internacional (CSI) y luchador incansable por los derechos de los trabajadores, las mujeres, los derechos humanos y la democracia. Hace unas semanas el régimen talibán cerró su puerta, poniendo en la lista negra a sus principales líderes. Desde UGT hemos pedido al Ministerio de Asuntos Exteriores la evacuación y protección de estas personas y de sus familias cuyas vidas corren serio peligro debido a esta persecución.

Debemos poner siempre nuestra mirada en el sufrimiento humano y en la denuncia de todas las injusticias cometidas en cualquier parte del mundo. Los derechos humanos y sociales deben ser siempre nuestra bandera.