La actual pandemia nos ha mostrado de forma fehaciente que los servicios públicos son esenciales y la vulnerabilidad de los mismos repercute globalmente en la sociedad. Los servicios sociales son un pilar central del estado de bienestar y, como tal, deben ser tratados como especial interés. Por ello debemos combatir el abuso de la temporalidad y la precariedad de este sector, ya que los servicios públicos no son temporales y su personal tampoco debe serlo.

Por eso, desde este blog quiero denunciar que de forma general las plantillas son escasas, no se cubren las tasas de reposición en muchas entidades públicas, no se sacan las necesarias ofertas de empleo público. Es verdad que, en este último punto, en el último año se han incrementado las ofertas públicas de empleo y se ha ampliado el límite de gasto en muchas administraciones.

Por otro lado, es inexcusable acabar con el fraude de ley que supone mantener interinidades que se extienden más allá del plazo legal máximo, llegando en algunos casos a 15 o 20 años. Además, la contratación por obra y servicio debe ser limitada en el tiempo y ajustada a derecho y nunca puede dar cobertura a puestos de trabajo de naturaleza estructural que deben ser convocados como puestos fijos desde un principio.

Todo ello repercute en las condiciones de trabajo de los servidores públicos y en la prestación del propio servicio de calidad. Además, se sigue poniendo de manifiesto lo vergonzoso que resulta la existencia de una “brecha salarial” entre las trabajadoras y trabajadores públicos, ya que, en numerosos casos, las plantillas temporales no perciben una retribución análoga al personal fijo. Por eso, UGT lucha por la fijeza y la estabilización de este personal. Ejemplo de esto, ha sido la sentencia ganada por UGT Guadalajara que ha conseguido que se hagan fijas a las trabajadoras temporales del Ayuntamiento de Azuqueca, condenando al Consistorio de dicho municipio por fraude en la contratación. Las trabajadoras, tenían una relación laboral por concatenación de contratos temporales, que finalmente paso a ser indefinida, no fija. Por tanto, UGT en base a lo expuesto ha logrado que la relación laboral existente entre las demandantes y la entidad local pase a considerarse con carácter fijo.

Por último, como acabamos de ver en esta sentencia, la precariedad en el sector público afecta especialmente a nuestras compañeras (“feminización de la precariedad”) al ser ellas las que sufren, sobre todo, este tipo de contrataciones temporales.