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De trenes, presupuestos y propaganda

Leo en los periódicos de hoy (al igual que ayer vi y escuché en los diarios digitales, televisiones y radios) una noticia que intentaba abrirse paso entre las informaciones sobre detenciones y declaraciones de políticos del Partido Popular y empresarios por casos de corrupción. Los diferentes titulares sobre esa noticia podrían resumirse en algo así: “Rajoy anuncia una inversión de 500 millones para comprar 15 trenes de alta velocidad”. Y pienso risueño que ¡qué buena noticia! Y sin duda lo es, por lo que supone de apuesta por las infraestructuras y la industria, por esta tecnología, por la vertebración del Estado…, entre otras muchísimas razones. Hasta que en unos segundos paso a recordar las notas que preparaba para mi posible comparecencia en el Congreso de los Diputados el próximo miércoles 26 de abril para hablar de la opinión de UGT acerca de los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

Esa comparecencia que finalmente no se va a producir porque así lo ha decidido la mesa de la Comisión de Presupuestos con los votos de los grupos parlamentarios Popular y Ciudadanos. Y por esa razón, UGT y CCOO hemos decidido hacer llegar nuestra opinión sobre los PGE a los grupos parlamentarios y a la sociedad a través de un documento conjunto el próximo día 26.

Bueno, a lo que íbamos: recuerdo enseguida las notas para mi comparecencia y el recorte de 657 millones de euros respecto al 2016 (del 20%) que van a sufrir las inversiones en infraestructuras hasta situarlas a los mismos niveles que hace 22 años, a pesar de la recuperación económica, y busco los apuntes relativos a las mismas.

El gasto destinado a infraestructuras en nuestro país en 2017 será de 5.392 millones de euros (capítulos I a VIII), frente a los 6.049 millones de euros del año pasado. Un recorte más que evidente, ya que los PGE 2017 destinarán 657 millones de euros menos a infraestructuras que en 2016, en línea con lo sucedido a lo largo de estos años, si bien el recorte en 2017 es muy superior al de 2016, que fue de 101 millones de euros respecto al año anterior. De este modo, la partida de infraestructuras sigue menguando respecto al total de los PGE y este año apenas supone un 1,6% del total, frente al 1.7% de 2016 y el 1,8 de 2015.

Podríamos pensar que el anuncio del presidente del Gobierno es una apuesta por el ferrocarril en detrimento de otras infraestructuras y sistemas de transporte. Pero no es así. Si atendemos a la inversión por tipo de infraestructura, se observa como todas las partidas han descendió respecto al año pasado excepto Aeropuertos, que aumenta un 13% (71,2 millones de euros) y otras infraestructuras, con un 16% de incremento, casi 7 millones de euros. En cambio, la inversión en ferrocarriles cae un 29% (1.262 millones de euros), en carreteras disminuye un 13% (293 millones de euros), la de puertos un 1% (10 millones de euros), las infraestructuras hidráulicas se recortan un 34% (426 millones) y las de costas y medioambientales más de un 15%, (39 millones de euros).

En resumen, la inversión en infraestructuras se ha recortado más de un 20% respecto a los PGE del año pasado, ejercicio en el que además el valor de las concesiones de infraestructuras licitadas representó el 2% de lo licitado en 2007, mientras la actividad en obra civil de las principales empresas se desplomó un 33% respecto al año anterior y las Sociedades de Aguas y Adif sólo ejecutaron el 29,4% de su presupuesto, por citar unos ejemplos.

En todo caso puede que sea una apuesta por ciertas líneas de ferrocarril, es decir, por la alta velocidad, pero, a la vista del recorte en infraestructuras ferroviarias, todo parece apuntar a que el Gobierno volverá olvidarse de las tan necesitadas conexiones ferroviarias con Extremadura y Soria, por citar tanto sólo dos ejemplos.
Y todo esto mientras el Libro Amarillo de los PGE 2017 en su apartado sobre infraestructuras señala que la inversión pública en infraestructuras es “un instrumento básico para dinamizar la economía, para el aumento de la productividad, el funcionamiento eficaz del mercado de bienes y servicios, la vertebración del territorio, y facilitar el desarrollo de las zonas más desfavorecidas”. La realidad que esconden los PGE es otra muy distinta a esta idea, ya que, aunque la economía crece, los PGE recortan en infraestructuras públicas.

Esta situación de las inversión en infraestructuras públicas en España no es coherente con la evolución macroeconómica de los indicadores y mucho menos con las necesidades de país y de su modelo productivo, puesto que sigue ignorando la necesidad de recuperar las inversiones públicas esenciales para acompañar esta recuperación económica.

Y en cuanto a la noticia, el anuncio del presidente no dejará de ser verdad cuando se concrete esa inversión, pero no dejará de ser una verdad relativa. Quizás más bien una verdad propagandística.

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