La Sanidad Pública necesita un refuerzo evidente en todos sus colectivos. Necesita finalizar con la lacra de la contratación temporal para necesidades estructurales.
Una de las cuestiones que ha saltado con mayor virulencia a la luz pública en las últimas fechas es la de las dificultades que causa la nueva aplicación informática del Ministerio de Sanidad, a través de la cual se articula la elección de las plazas de aquellos que pueden ser profesionales de la sanidad pública cuando eligen MIR, EIR, PIR, BIR o FIR (medicina, enfermería, psicología, biología, bioquímica o física). Desde los colectivos de afectados y estamentos profesionales se denuncia, fundamentalmente, lo que hace referencia a los MIR, donde la nueva aplicación supone importantes inconvenientes para los aspirantes a la plaza y para la sanidad pública en general.
Sin entrar en debates técnicos, y de forma sencilla, lo que más me ha sorprendido es que parece que el nuevo sistema, frente al anterior, supone que los aspirantes que entran en el corte, es decir aquellos que acceden a plaza, ven reducidas las plazas de opción. Y todo ello, porque la nueva aplicación no permite la renuncia en tiempo real a la plaza adjudicada, puesto que es necesario determinar tantas preferencias como el número alcanzado en la oposición (si eres el número 4.771, debes especificar 4.771 preferencias).
De esta forma, frente a un sistema anterior en el que el aspirante elegía entre las plazas libres reales, con el aplicativo actual las plazas libres por renuncia no se actualizan y quedan sin ocupación. Este hecho, por lo tanto, provoca que se pierda la opción a la misma para otros aspirantes que iban detrás y que pudieran estar interesados en ella. Pero, además, implica que la Sanidad Pública se encuentre con una plaza necesaria y que no será cubierta, causando un perjuicio evidente.
La Sanidad Pública necesita un refuerzo evidente en todos sus colectivos. Necesita finalizar con la lacra de la contratación temporal para necesidades estructurales. Necesita buenas condiciones laborales para todos y todas aquellas profesionales que sirven a las personas de nuestro país en una de sus necesidades más esenciales: la salud. Y, obviamente, requiere de facilidad, eficiencia y calidad en la gestión. Cualquier decisión que vaya en contra de estos principios debe ser corregida.