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Un SMI mileurista

Ayer, los sindicatos UGT y CCOO, las patronales CEOE y CEPYME y Gobierno rubricamos el acuerdo para el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para los años 2018, 2019 y 2020. Un pacto muy importante por muchas razones. La primera por el valor intrínseco del acuerdo, porque es el primero en el ámbito sociolaboral en siete años, porque es fruto de la concertación y el diálogo social, porque hemos logrado convertir la mera consulta a la que está obligado legalmente el Gobierno en un proceso de negociación con los agentes sociales que finalmente ha finalizado en acuerdo. Un Vemos este pacto, que tiene un carácter plurianual, desde la perspectiva de más acuerdos, más diálogo y más concertación social. Debe ser el inicio de una senda, debe ser completado con otros que ayuden a situar a nuestro país en un proceso de recuperación de derechos, de bienestar y de reparto de la riqueza. Por eso, apelo a llegar a consensos en el marco de la función pública, en el marco de las pensiones, de la calidad del empleo…y, por supuesto, de la negociación colectiva.

Un 30% más que en 2016

La segunda principal razón de la importancia del acuerdo es el contenido del mismo: una subida del SMI del 4% el próximo 2018, 5% para 2019 y del 10% para 2020, es decir, de un total del 20% en 2020, para situarse en 850 euros al mes por 14 pagas o 990 euros al mes por 12 pagas, o 11.900 euros al año.

Los trabajadores que cobren dicho salario pasarán de ganar 707,60 euros en 14 pagas este 2017 a 736 euros en 2018, 773 en 2019 y 850 en 2020, lo que supone un incremento mensual de 142 euros respecto al SMI de 2017, casi 200 euros más al mes por 14 pagas que en 2016. Estimamos que 533.000 personas en 2018 y más de un millón y medio de trabajadores y trabajadoras en el periodo de tres años hasta el 2020 podrán verse beneficiados de una subida más que necesaria.

Se trata de una subida beneficiosa para los trabajadores que menos ganan mediante un crecimiento sostenido durante tres años. Vivir con casi mil euros al mes, o con 850 al mes si es en 14 pagas, es sumamente difícil, pero hacerlo con 655 euros al mes como el año pasado, creo que podríamos afirmar que era dramático.

Esta subida consigue que el salario mínimo empiece a situarse en el entorno de las recomendaciones de la Carta Social Europea. Cabe recordar que las directrices europeas nos marcan como objetivo el 60% del salario medio neto del país y, con esta subida, en el periodo de 2017 a 2020 habremos conseguido que el SMI ascienda hasta casi un 30% respecto al de 2016, la mayor subida de toda la historia.

Más allá de las cifras: redistribución de la riqueza

Pero además es un pacto que va más allá de las simples cifras. Pero si este acuerdo está dirigido a los que menos ganan, será especialmente más beneficioso para los colectivos que sufren más la precariedad laboral y salarial: mujeres, jóvenes e inmigrantes, los que menos ganan entre los que ganan menos. Por eso será un elemento importante para ayudar a reducir la brecha salarial de estos colectivos.

Este acuerdo supone además introducir un elemento de redistribución de la riqueza. En una época donde los salarios de los directivos crecen sin parar, donde la economía también lo hace a ritmo del 3% y la inflación se sitúa en el 1,6%, es de justicia que los trabajadores y las trabajadoras vean aumentado también su salario y recuperar parte del poder adquisitivo perdido. El SMI subirá muy por encima de la inflación. Mientras el aumento del Índice de Precios al Consumo (IPC) previsto para los tres próximos años indica un crecimiento acumulado del 4,8%, el salario mínimo se incrementará un 20%.

Más salario, más empleo, más cotizaciones

Este aumento ayudará a la creación de empleo, si estos salarios suben el consumo interno también crecerá, lo que apuntalará el crecimiento económico y lo hará más sólido, y esto a su vez permitirá crear más empleo y de mayor calidad. A la vez, ayudará a reducir la economía sumergida y a aflorar empleos, salarios, cotizaciones, impuestos por IRPF, etc.

El 20% de incremento del salario mínimo hasta el 2020, de hecho, va a permitir aumentar las cotizaciones a la Seguridad Social y mejorar la salud financiera de la misma. Pero a ese aumento de las cotizaciones por el aumento del salario mínimo habrá que sumar el mayor número de personas que cotizarán a la Seguridad Social gracias a la creación de empleo y el afloramiento de la economía sumergida.

Frente a aquellos que sostienen que el aumento del salario mínimo supondrá un freno a la creación de empleo, nosotros sostenemos lo contrario y la prueba más palpable la tenemos en este año 2017: tras un aumento del SMI del 8%, el empleo ha crecido en 600.000 nuevos cotizantes, por encima de lo previsto por el propio Gobierno.

Este pacto nos permite situarnos en buenas condiciones tanto desde la perspectiva de la negociación colectiva como desde la política. Este próximo 2018 debe convertir los salarios en un elemento clave desde el punto de vista de la propia recuperación económica.

Acicate para la Negociación Colectiva

Desde UGT estamos satisfechos por este acuerdo y por la recuperación del diálogo social, pero no nos vamos a detener para conseguir unos salarios más dignos y justos para los trabajadores y trabajadoras. Habrá mucha gente que seguramente le costará verse reflejada en este acuerdo, pues en nuestro país muchas personas no trabajan a jornada completa, tienen contratos a tiempo parcial y salarios que no les permiten llegar a final de mes. Por eso, ha instado a que este pacto debe venir complementado con un acuerdo de negociación colectiva, un segundo eslabón que permita que se pueda repartir la riqueza en nuestro país.

En los últimos años ha habido un trasvase de rentas del trabajo a rentas del capital que hay que cambiar y que el SMI sólo es una pieza en ese camino, que tiene que continuar con la negociación colectiva, porque el crecimiento en sí mismo no tiene gran valor si no está al servicio de las personas.

Por tanto, es bueno que los empresarios y los gurús de la economía de nuestro país empiecen a convencerse de que el año 2018 vendrá presidido por aumentos sustanciales de los salarios, especialmente de los más bajos. Por eso vamos a negociar para conseguir llevar a cabo nuestra campaña de ‘ningún convenio colectivo por debajo de los 1.000€’. Ya nadie duda de que la recuperación salarial es una cuestión de justicia social que tiene que producirse. Queda claro que únicamente se necesita la voluntad política y social necesaria para llevarlo a cabo.

En definitiva, este pacto es muy importante porque supone una subida salarial muy considerable para el colectivo con peores condiciones económicas del mercado laboral, porque elimina incertidumbres y ofrece un escenario de estabilidad (no se trata de un aumento puntual, sino de tres años de aumentos importantes y consecutivos, lo que ofrece garantías de mejora económica automática para esos trabajadores y trabajadoras) y porque no impide que el sindicato pueda seguir reclamando salarios de convenio superiores. Porque este acuerdo es, además, fruto del diálogo social, lo que supone recuperar el papel de la negociación entre el Gobierno y los agentes sociales, a la hora de abordar el SMI. Y porque reafirma nuestro compromiso de seguir trabajando para mejorar los salarios más bajos, e impulsar salarios mínimos de convenio de, al menos, mil euros al mes, en línea con la campaña que hemos puesto en marcha bajo el lema #PonteA1000.

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