A día de hoy, las cartas están ya encima de la mesa. Esta semana UGT y CCOO hemos presentado nuestra propuesta conjunta a la CEOE en referencia al Acuerdo Estatal de Negociación Colectiva 2018 (AENC). Dejamos definitivamente atrás un año 2017 que, ya lo he dicho en varias ocasiones, me da la impresión de que ha sido bastante perdido. Ahora, el 18, debe ser un año en que las organizaciones sindicales seamos capaces de revertir un problema que viene de lejos, el mal reparto de la riqueza.
Es una obviedad que nuestro país crece a un ritmo superior al 3% y el Gobierno se hace eco de ello poniéndose continuamente medallas. La inflación se sitúa encima del 1,6% y las empresas generan beneficios. Pero el reparto de la riqueza sigue sin ser equitativo. Un dato revelador de la situación que vivimos en los últimos años es la inversión de las rentas de capital y del trabajo. Mientras antes de la crisis las rentas de trabajo suponían el 52% del conjunto de lo que se producía y las rentas de capital el 48, ahora hemos observado un trasvase de hasta 4 puntos, bajando la renta del trabajo hasta el 48%. Estos números nos dejan totalmente claro que los ricos son más ricos, pero que el resto no ha mejorado sino todo lo contrario.
Por esta razón, rescatar a las personas es la prioridad absoluta de las organizaciones sindicales y para conseguirlo tenemos dos instrumentos, la vía de los impuestos y la de la negociación colectiva. Esta última es la que desde el sindicato queremos reivindicar como el instrumento por el que pasan nuestras esperanzas para dar la vuelta a la situación. Nos hemos tomado un tiempo, queríamos desarrollar una propuesta innovadora y, sobre todo, justa. Tenemos unos objetivos claros pero también justificaciones plenas: es una propuesta ambiciosa desde el punto de vista del temario. Los salarios van a ser el eje central de esta negociación porque deben participar de lleno en el crecimiento y la bonanza de las empresas. Desde el año 2008 los trabajadores y trabajadoras han perdido progresivamente su poder de compra y no se puede continuar así.
Hemos propuesto a la patronal un aumento de salarios en línea con la productividad prevista en cada sector y empresa donde negociemos, exigiendo desde el primer momento información veraz y datos rigurosos. En los últimos años la productividad ha crecido de manera muy importante y queremos que ese elemento se incorpore a las demandas salariales de las organizaciones sindicales. La subida debe ser siempre superior a la inflación que, en este 2018, está prevista en el 1,8%. Los convenios, además, deben incorporar una subida adicional para poder recuperar progresivamente ese poder de compra así como restaurar la participación en el reparto de la renta perdida. Otro tema a tener en cuenta va a ser la cláusula de revisión salarial. Nuestra voluntad de dialogar y negociar es absoluta y por eso no hemos querido ponerle un dígito concreto, sabiendo que en el debate se encuentra la solución.
También vamos a incidir en la necesidad de que las personas que poseen sueldos más bajos mejoren en mayor medida, concretándose en cada ámbito de la negociación. Lo razonable, y desde UGT venimos anunciándolo desde casi verano, es que los sueldos mínimos en las empresas estén por encima del SMI. Los 1.000 euros de Salario Mínimo en convenio son una cuestión fundamental para los sindicatos. Durante la crisis, y como consecuencia especialmente de la reforma laboral, nuestros salarios bajaron de forma considerable. La irrupción de los convenios de empresa con una eficacia superior a los convenios sectoriales hizo que proliferaran las empresas con salarios por debajo de los establecidos previamente. Hay más de cinco millones de empleados que trabajan a jornada completa por debajo de la cifra que proponemos, por eso es necesario un aumento de choque. No nos engañemos, es una cifra asumible para las empresas y que nos permitiría contribuir a un reparto de la riqueza más equitativo.
Además, este Acuerdo de Negociación Colectiva debe abordar una parte muy importante en cuanto a salarios. De una vez por todas, la diferencia salarial entre hombres y mujeres debe desaparecer. En la actualidad nos encontramos en una brecha de cerca del 25% que crece aún más cuando hablamos de ascensos u ocupación de puestos de responsabilidad dentro de las empresas
Ya estamos negociando y vamos a defender los intereses de todos los trabajadores y trabajadoras que durante todos estos años han sido los grandes perjudicados por unas reformas duras e ineficaces.