Mañana 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, tenemos una cita con la historia. Una cita con la justicia, con los derechos y con la igualdad. Año tras año, centenares de miles de mujeres siguen viendo cómo se sigue cometiendo el mismo robo, el mismo abuso y las mismas discriminaciones hacia ellas. Y eso se debe acabar.
No podemos permitir que sigan viviendo esta discriminación en sus puestos de trabajo, en su salario, en sus posibilidades de avanzar laboralmente. No podemos admitir que sigan asumiendo la mayor parte de la carga doméstica y familiar. Y no podemos consentir que sigan sufriendo el acoso y la violencia de miles de cerdos machistas que se creen con la potestad para mandar sobre ellas.
Se lo debemos, ¡Para!
Para UGT el día de mañana es una cuestión de todos. Sin la unión entre hombres y mujeres, nos va a ser imposible avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria. El trabajo conjunto nos ha permitido conseguir derechos laborales y sociales, y gracias a muchas mujeres hoy estamos aquí. Su trabajo, su esfuerzo, su lucha, ha permitido que la sociedad no se estancara, y cuando han tenido que luchar, lo han hecho por todos.
Cuando mañana te despiertes, seas hombre o mujer, y te dirijas a tu puesto de trabajo, piensa en todas las mujeres que tienen un salario inferior a los hombres, que tienen un trabajo temporal, que sufren condiciones laborales indignas, que ven reducidas sus pensiones por interrumpir su vida laboral para ser madres… Y, sobre todo, piensa en las mujeres asesinadas, en las mujeres maltratadas, y en las millones de mujeres que día tras día salen de su casa con miedo, van a trabajar con miedo, y vuelven a casa con miedo por culpa de un acosador o un maltratador que las está esperando.
Porque este 8 de marzo va mucho más allá del ámbito laboral. Mañana debemos conseguir que se pare la producción, sí. Pero también debemos aprovechar el paro de 2 horas por turno para debatir, reflexionar y trabajar para acabar con esta situación endémica y patriarcal que tiene nuestro país y que discrimina a la mujer, de forma permanente, por el simple hecho de serlo.
Queremos un 8 de marzo que represente una gran bofetada de las mujeres y los hombres de este país a los nuevos machistas que han aparecido, o más bien que han perdido la vergüenza de mostrarse como son. Solo quieren sus privilegios, y los quieren a costa de quitar sus derechos a las mujeres.
Y se trata de una jornada para acabar con la violencia machista y con el acoso, que las mujeres de nuestro país sean libres para ir y venir cuando quieran y donde quieran, sin miedo, sin restricción. Un bloque para erradicar la violencia que asesina mujeres un día sí y otro también.
Es verdad que es muy importante tener leyes que acaben con esta violencia machista, que haya medios y recursos para ello, así como policía especializada para detectar todos los casos. Pero sabéis que este problema no lo vamos a erradicar si no hay un cambio de base. La Unión General de Trabajadores no solo tiene que pedir medidas, sino que también debemos trabajar por nuestra cuenta y ver que podemos hacer, más allá de lo que ya hemos realizado, para acabar con esta situación.
Nos jugamos el futuro de todas y todos
Por eso, este 8 de marzo es especialmente importante. Clave para que la derecha (que en temas de género se parece cada día más a la ultraderecha) sepa que hay una inmensa mayoría de ciudadanos y ciudadanas que no solo no estamos dispuestos a dar un paso atrás en la igualdad, sino que vamos a luchar con todas nuestras fuerzas para continuar avanzando. Que no nos hablen de la Ley del Aborto, porque no se toca. Que no nos digan que la Seguridad Social tiene problemas con este tema, porque no es así. Y que ni mucho menos se les pase por la cabeza creerse con el poder de explicarles a las mujeres que es el embarazo y que es lo que llevan dentro. Las mujeres no son una máquina reproductora que puedan utilizar a su antojo. Que dejen de decir tonterías y que trabajen para crear medidas suficientes para favorecer la maternidad, que la protejan y que la incentiven.
Y les quiero decir a todos esos machistas que se creen el centro del universo, que no se tapen los ojos, que miren, observen y tomen nota, porque mañana van a ver las calles llenas de gente luchando por un único objetivo. Mañana el país va a parar para pedir igualdad. Mañana, cientos de miles de hombres y mujeres, vamos a salir a las calles de nuestras ciudades para dejarles muy claro a ellos, y a todos los partidos políticos que aspiran a representarnos, que sin igualdad no hay libertad. Sin igualdad no hay derechos. Y que sin igualdad, nunca seremos un país digno.
Un año más, ha llegado el momento de responder.
¡¡Os necesitamos!!