El Gobierno está obligado a tomar medidas con carácter inmediato. Ya no es suficiente con sostener el tejido productivo mediante ERTES y exoneraciones de cotización.
Parece que la situación sanitaria mejora, aunque no debemos dejar de estar alerta y tomar las medidas necesarias que aconsejen los expertos en función de las circunstancias. Ahora la cuestión más acuciante es qué va a pasar con esos millones de empleos que están el aire pendiente de un ERTE o con aquellos puestos que han desaparecido como consecuencia de un despido o la finalización de un contrato temporal. Y, para responder a esa pregunta, solo hay una respuesta a corto plazo y con carácter inmediato: reactivar el consumo.
Nuestras fábricas de coches están casi paralizadas por la ausencia de demanda; empresas de gran importancia para España y los territorios donde se ubican amenazan con cierre; nuestros establecimientos turísticos en un plazo muy próximo ya no solo se enfrentan a los riesgos del rebrote sino a la carencia de clientes. Miles de empresas han reducido su producción y empleo por falta de demanda.
El Gobierno está obligado a tomar medidas con carácter inmediato. Ya no es suficiente con sostener el tejido productivo mediante ERTES y exoneraciones de cotización. Ahora hay que impulsar el desarrollo de la economía productiva del país. Para ello, no es necesario inventar demasiado, solo tenemos que contemplar lo que están haciendo los países de nuestro entorno. Y lo que están haciendo es favorecer el consumo de los productos que son fabricados y producidos en el propio país mediante medidas indirectas, además de destinar cantidades ingentes de dinero al sostenimiento de aquellas empresas estratégicas que se encuentran en riesgo de desaparición por la crisis.
Planes “RENOVE” focalizados en el aumento del consumo de aquellos productos que generan empleo; bonos o ayudas para estimular el turismo en nuestro territorio; utilización de los instrumentos fiscales en la forma y por el periodo necesarios; planes de certificación de calidad y promoción de marca, etc. Medidas combinadas con aquellas necesarias que eviten la desaparición de empresas críticas y que impulsen una rápida salida de la crisis y nos permitan desarrollar posteriormente las herramientas para construir un nuevo modelo a medio y largo plazo.
En todo este proceso, queremos participar. Las organizaciones sindicales y patronales han demostrado tener una madurez ejemplificadora en estos momentos. No vamos a ser los comparsas ni la coartada de un conjunto de planes más o menos coordinados. Queremos discutir las medidas, negociarlas y si es posible acordarlas. Queremos y podemos aportar mucho. Ahora. Por eso, hemos exigido al Gobierno la apertura de las Mesas de Negociación que se pactaron formalmente justo antes del inicio del estado de alarma. Nos jugamos mucho todos y nuestro papel no va ser el de silentes aplaudidores de las medidas que se decidan o no tomar.