Se han aprobado dos importantes normas fruto en gran parte de nuestro tesón. Una que supone un hito en el Derecho del Trabajo europeo, consolidando la laboralización de uno de los colectivos que mejor exponen los riesgos del capitalismo predatorio, los repartidores al servicio de las plataformas, los riders. Mucho esfuerzo nos ha costado el impulso de este texto, y, a pesar de que no alcanza a todos los colectivos al servicio de las plataformas digitales, es un puntal, un freno frente a una concepción de la modernidad basada en el todo vale y la explotación de las personas.

También se ha aprobado la última prórroga de los ERTES con algunas interesantes novedades como la referencia a la formación de los afectados por este mecanismo de ajuste. Una apuesta por la empleabilidad de las personas a la vez que asegura los mínimos para el mantenimiento del empleo y el cobro (contador a cero) de unas prestaciones esenciales para los afectados. Sin duda, es fruto del consenso que ha alumbrado gran parte de esta legislación COVID-19, pero también este reciente periodo negociador nos ha mostrado un giro de la patronal a una posición más de bloqueo que de diálogo, que solo ha permitido el acuerdo en el último instante. Cerrazón que ya se manifestó en la no firma de la subida del SMI que los datos actuales de la inflación han demostrado que era muy, demasiado, ajustada.

Por otro lado, hemos celebrado nuestro primer Comité Confederal después del 43 Congreso. El Comité Confederal es el máximo órgano entre Congresos y no puedo sino felicitarme del alto nivel de debate y propuestas que se ha concentrado en un breve espacio de tiempo. Del mismo, sale una organización aún más fuerte, con un plan de trabajo claro, centrada en la protección de los derechos de las personas trabajadoras y consciente de las dificultades que plantea para los mismos tanto una legislación desequilibrante y cicatera que resta funcionalidad a una negociación colectiva herramienta contra la desigualdad, como de la postura de una patronal a la defensiva, y  parece que frontalmente decidida a bloquear la negociación colectiva a todos los niveles, satisfecha de los penosos frutos alcanzados gracias a la reforma del 2012. No pararemos hasta su derogación. UGT sale de este Comité Confederal dispuesta a ejecutar, con la máxima fuerza si es preciso, las decisiones oportunas para cambiar una situación que amenaza con aumentar la desigualdad y la pobreza.

No dejamos de lado en nuestro Comité Confederal la situación de La Palma. Se aprobó una resolución de apoyo y exigencias para todas las personas que sufren esta catástrofe. Yo mismo esta semana he tenido la ocasión de comprobar en vivo la realidad de la situación y las tremendas pérdidas de toda índole. De nuevo, un Estado fuerte, unos servicios públicos engrasados y bien dotados son la principal arma frente a las calamidades de todo tipo.