Hoy, sábado 10 de noviembre, las mujeres de nuestro país empiezan a trabajar gratis. Y lo van a hacer hasta que se termine el año. Un trabajo gratuito que es consecuencia exclusivamente de la gran brecha salarial que sufrimos y que provoca que las mujeres necesiten dos meses más de trabajo para igualar el salario de los hombres.
Según los últimos datos de la Comisión Europea, la brecha salarial se sitúa en un 16,2% en la Unión Europea, mientras que en España es del 14,2%. Unas cifras que llegan a triplicar las de otros países como Italia, Rumania o Luxemburgo.
Así pues, desde hoy UGT vuelve a emprender la campaña “Yo trabajo gratis”. Debemos dejar claro que hasta que la Unión General de Trabajadores no situó con fuerza esta campaña (hace ya tres años), casi no se sabía en este país que la desigualdad era tan evidente. Hoy, esta reivindicación forma parte de las noticias de los medios de comunicación, así como de los debates y comentarios de los ciudadanos y ciudadanas. Pero más que atribuirlo a la organización, debemos atribuirlo a vosotras. Si no llega a ser por todas y cada una de las compañeras del sindicato que habéis sido capaces de popularizar y situar este tema como una de las cuestiones importantes a tratar, hoy no estaríamos hablando de ello.
Cuando se habla de brecha salarial tendemos a fijarnos únicamente en el salario. Pero para nosotros es mucho más que dos meses de trabajo gratuito para poder equipararse al salario de los hombres. Para UGT la brecha también engloba la discriminación que sufre la mujer a la hora de acceder a puesto de trabajo con responsabilidades. Para nosotros también es la discriminación hacía las mujeres como consecuencia de ser madre y su posterior reincorporación al mundo laboral.
Por cierto, si en el Tribunal Constitucional fuesen menos patriarcales probablemente nos iría mucho mejor. Me parece un insulto a la inteligencia de todos los ciudadanos y ciudadanas el hecho de saltarse la igualdad que proclama la Constitución, alegando enfermedad de la mujer para no igualar los días de disposición de los trabajadores en relación con las trabajadoras como resultado de la paternidad. El Constitucional podría (y debería) haber sacado una resolución diferente y conseguir, de esa forma, la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.
Ahora, nosotras
Pero sin ninguna duda, ahora es el gran momento para la mujer en nuestro país. Hace unos dos años, desde el sindicato acuñamos el lema que hoy ya forma parte de nuestras resoluciones:
¡¡UGT sindicato feminista!!
Pero no se trata solo de un lema. Es nuestra obligación demostrar y trabajar cada día en este aspecto. Se trata de una actitud del conjunto de la organización frente a la situación de discriminación que viven las trabajadoras, y las mujeres en general, en nuestro país.
Desde el sindicato hemos demostrado que estamos trabajando para conseguirlo, y lo hemos hecho de manera muy solemne. El 130 aniversario de UGT nos ha llevado a realizar (y aprobar) un manifiesto en el que el sindicato, por primera vez en la historia, incorpora a sus principios y valores el feminismo, como un elemento clave de futuro.
Bien es verdad que algunos pueden pensar que hemos tardado mucho, pero lo hacemos después de una larga lucha para conseguir avances, y situar a la mujer como un elemento fundamental de la sociedad de futuro. Nadie debe olvidarse que fue la Unión General de Trabajadores quien desde principios del siglo pasado viene clamando por la igualdad real. Este tema ya apareció en las primeras plataformas de negociación con los empresarios y con la administración. La igualdad de salario siempre ha sido un objetivo.
Y fue nuestra organización una de las primeras y más fervientes impulsoras del voto de la mujer, con la huelga general de 1917 como punto de inflexión.
Somos una organización que actúa en la sociedad, y queremos provocar el cambio de algunos de los problemas endémicos que tiene nuestro país.
Debemos ser capaces de generar instrumentos de igualdad desde los centros de trabajo, poner en marcha una red de agentes por la igualdad en los centros, que tengan la formación necesaria para poder detectar los casos de acoso, aunque no se denuncien.
Y le vamos a seguir pidiendo al Gobierno la creación de una Ley de Igualdad Salarial que equipare los salarios y las condiciones de los hombres y las mujeres, de los trabajadores y las trabajadoras de nuestro país. Es necesario que se valore a hombres y mujeres por igual en sus puestos de trabajo. Además, volvemos a hacer un llamamiento tanto a Gobierno (lo hicimos con el anterior y lo hacemos también con el actual) como a los diferentes partidos políticos para que activen los mecanismos necesarios para hacer cumplir la Constitución en sus artículos 9 y 14, donde se presta una especial atención a la igualdad.
Ahora, se trata de continuar esa lucha histórica dándole un impulso, tal y como pide la sociedad. El pasado 8 de marzo convocamos por primera vez en la historia una huelga general de 4 horas, de hombres y mujeres, para exigir la igualdad y acabar con la discriminación, la brecha salarial, el acoso y la violencia machista en nuestro país. Fue un éxito, y supuso un antes y un después. Porque no es una lucha solo de mujeres. Es una lucha de seres humanos, de hombres y mujeres. Queremos que los hombres, los compañeros del sindicato, estén plenamente integrados en esta lucha. Es una batalla que aún no hemos ganado, queda mucho, y el país debe asumirlo como importante.
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