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Tres millones y medio de razones para votar (en las elecciones europeas, autonómicas y municipales)

Llevamos una semana desde que se iniciará oficialmente la campaña electoral de los comicios europeos, autonómicos y municipales, y nos encontramos a tan sólo una semana de que acudamos a las urnas, y, lamentablemente, al igual que ocurrió con la campaña de las Elecciones Generales del pasado 28 de abril, volvemos a asistir a una escenificación de propuestas y debates en muchos casos alejados de la realidad, de la concreción y, sobre todo, eludiendo lo que, a nuestro juicio, es el principal problema de los españoles y españolas y del que se derivan otros muchos: el paro, casi 3´5 millones de desempleados, la mitad de larga duración, uno de cada dos sin ningún tipo de prestación o cobertura.

Los últimos datos de la EPA han vuelto a revelar que, a pesar de una favorable evolución, España sufre el desempleo de manera severa, porque una de cada seis personas en edad de trabajar no tiene empleo, donde muchas de ellas acaban aceptando trabajos de miseria y, las otras, han perdido la esperanza de poder encontrarlo, situación que lleva inexorablemente a la pobreza. Y a pesar de esta dura realidad y aunque parezca mentira, durante el último mes el paro no ha sido una prioridad en el discurso de nuestros políticos. Las campañas electorales se han vuelto a centrar en temas como Catalunya, la corrupción, las bajadas o subidas de impuestos (sin decir para qué) o quien debe ocupar que una butaca en el Congreso, pero no ha abordado con determinación un tema tan preocupante como el paro.

Crecimiento desigual

Después de cinco años de crecimiento económico desigual, donde unos pocos han visto aumentadas sus rentas mientras la mayoría seguían perdiendo poder adquisitivo, hablar de desempleo es un ejercicio fundamental que debería haber estado presente en la campaña electoral para las elecciones generales (lamentablemente no lo estuvo, ni si quiera en los debates principales), así como para las que vienen próximamente. Sin embargo, en España parece que lo hemos normalizado y los políticos ya no ven como una preocupación fundamental. Este país no puede resignarse a tener un paro estructural, que nos lleva a no tomar medidas y soluciones para rebajarlo considerablemente.

Ni siquiera son capaces de ponerse a debatir, a reflexionar y proponer sobre la protección por desempleo, que debería ser un elemento fundamental en todos los debates y programas, pensando en los millones de personas que a día de hoy están totalmente desprotegidas.

Desde UGT situamos justo antes de las elecciones generales un decálogo de propuestas dirigidas a los partidos políticos con una serie de medidas imprescindibles para los próximos cuatro años, y la principal es el empleo, un empleo de calidad y con derechos. Ahora, ante estos nuevos comicios, hemos renovado y adaptado ese decálogo, convencidos de que es imprescindible cambiar esta situación.

Nuevo modelo económico

Por ello, apostamos por un modelo económico y social sostenible que tenga en cuenta la salud laboral del trabajador, en el que al menos se duplique la dotación presupuestaria, en los diferentes ámbitos y administraciones, para políticas activas de empleo, para poder hacer frente a los retos que tiene nuestra sociedad y nuestro tejido productivo, con el fin de que respondan a la realidad y diversidad de la población trabajadora y del mercado de trabajo, y nos preparen ante fenómenos potencialmente peligrosos para el empleo como la digitalización.

Un modelo económico basado en un nuevo modelo productivo, fruto del consenso de los interlocutores sociales, y basado en un Plan Estratégico para la Industria, articulado y desarrollado en cada Comunidad Autónoma, que haga frente a la desindustrialización que sufren nuestros territorios desde hace décadas, y que contemple el desarrollo de servicios de alto valor añadido, que mejoran la competitividad de las empresas españolas basada en la creación de valor, y no en la reducción de los costes laborales. En definitiva, un nuevo modelo productivo sustentado en la industria, que se convertiría en el motor de la generación de empleo de calidad y con derechos.

En el que los Servicios Públicos de Empleo potencien e incrementen su papel de intermediación, formación y análisis de la situación del mercado de trabajo a nivel territorial, en el que se apueste por la formación de los trabajadores, con el fin de adecuar los perfiles de las personas trabajadoras a las necesidades de los mercados de trabajo sectoriales y en el territorio, dotándoles de una recualificación permanente y una mayor empleabilidad que les permita tener una mayor capacidad para encontrar empleo, mantener su puesto de trabajo y promocionar en él o en el mercado laboral.

Nuevo papel de las Administraciones Públicas

Un modelo en el que se plantee un nuevo papel de la Administraciones Públicas como emprendedoras e impulsoras de la Transición Energética y Medioambiental que requiere nuestra economía productiva, incluyendo en los pliegos de contratación de las Administraciones Publicas criterios sociales y medioambientales, dotándoles de un valor relevante sobre otros parámetros.

En el que se movilice el potencial de las zonas rurales como motor de desarrollo e innovación para alcanzar la cohesión social, territorial y económica en Europa, implementando las acciones necesarias de empleo de calidad, regeneración y cuidado del medio natural.

Un sistema en el que se apueste por una ordenación del territorio que considere el espacio geográfico como un recurso publico estratégico, primando los intereses de la comunidad a nivel medio ambiental, social y económico frente a la especulación.

Donde se valore la innovación, el desarrollo respetuoso con el medio ambiente y la creación de empleo de calidad. Apoyando aquellas iniciativas que aporten valor y no aquellas que promueven el empleo precario. Donde se efectúen políticas que luchen contra la lacra de la siniestralidad laboral y que garanticen las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores y trabajadoras. Donde esté asegurado el diálogo social y la interlocución de las organizaciones sindicales más representativas.

Donde se garantice y promuevan las estructuras sindicales regionales fronterizas (CSIR) como medida para garantizar los derechos de los trabajadores y las trabajadoras desplazados, la inserción laboral, el desarrollo de inversión y el progreso social y económico en regiones naturales de distintos países.

El próximo día 26 de mayo tendremos de nuevo la ocasión de expresarnos en las urnas y elegir a nuestros representantes, esta vez en los parlamentos europeo y autonómicos y en nuestros ayuntamientos. Tenemos, por lo menos, 3´5 millones de razones para votar, no desperdiciemos la oportunidad

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