Un periodista debe buscar la información allí donde sea necesario y muchos de los mejores ejemplos del periodismo de investigación responden a ese modelo. Aquellos que critican tal vez debieran repasar su pasado reciente.
En relación con la polémica acerca de los denominados audios “Ferreras-Villarejo”, me gustaría hacer alguna reflexión. “Al rojo vivo” es uno de los espacios donde las organizaciones sindicales somos llamadas con normalidad para expresar nuestras opiniones y nuestra visión de la realidad, sin cortapisas, consultándonos cuando somos protagonistas de la realidad, y no obviándonos o dando una versión unilateral o sesgada de aquella. En este sentido, el comportamiento de García Ferreras con los problemas de los más desfavorecidos ha sido más que correcto, encomiable.
En cuanto a la polémica actual, el director de “Al Rojo Vivo” no afirma por sí mismo noticia alguna. No asume esa información como cierta, pero no limita la libertad de expresión del colaborador para poder emitir una notica de la cual el mismo que la expresa, es enteramente responsable. Sin embargo, la admisión de esa duda en una conversación grabada con un individuo poco recomendable ha desatado una campaña de linchamiento del periodista injustificable.
En este debate, en el cual, por cierto, el propio Ferreras ha reconocido sus posibles errores y su voluntad de mejora, algo sorprendemente ajeno a la normalidad periodística y política de este país. Y es que, además, me resulta algo fariseo asustarse de que Ferreras converse con los protagonistas de las noticias. Un periodista debe buscar la información allí donde sea necesario y muchos de los mejores ejemplos del periodismo de investigación responden a ese modelo. Aquellos que critican tal vez debieran repasar su pasado reciente.
