Los fondos que bajo el Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia ponen a disposición de España un monto de 140.000 millones de euros en los próximos siete años constituyen unos recursos claves para ayudar en la recuperación de la economía española y situarnos en la rampa de despegue para las próximas décadas.
Los agentes sociales, especialmente los sindicatos españoles, hemos mantenido un grado de lealtad y una capacidad más que remarcable a la hora de colaborar con los intereses nacionales. Mientras el Consejo Europeo se dividía y se tensionaba alrededor del mecanismo de reconstrucción europeo, los esfuerzos de UGT conseguían que en la Confederación Europea de Sindicatos se respaldase una iniciativa que instaba al consejo a ir hacia una solución conforme a las posiciones españolas y que los sindicatos de todos los países de la UE ejercieran presión sobre sus gobiernos para que fuera nuestra posición la que tomase fuerza.
En esta posición sindical conjunta, por cierto, también se hacía hincapié en que los fondos puestos a disposición bajo este mecanismo debían estar exentos de condicionalidad, un requisito que desde UGT consideramos indispensable desde el primer momento. A día de hoy, esta característica se mantiene, pese a la intención de algunos países reacios a este fondo de reconstrucción de tomar el control (estamos vigilantes para impedir que desvirtúen el acuerdo).
En contra de lo expresan algunas voces, los Fondos de Recuperación y Resiliencia no están orientados a (o condicionados a que) España haga una reforma laboral o una reforma de pensiones. Esta idea que algunos intentan instaurar, no es más que una manipulación del mensaje con el objetivo de imponer sus posiciones políticas sin pasar por los parlamentos. Pero pese a todas las trabas que intenten poner, no dudéis que UGT se opondrá al establecimiento de cualquier condicionalidad que suponga recortes o imponga cambios legales sin debate parlamentario, como se hizo en los planes de rescate aplicados a partir de 2010, y que tanto daño han hecho a nuestro país.
Los Fondos están concebidos para impulsar el crecimiento a largo plazo de las economías, para mejorar la sostenibilidad medioambiental y para impulsar la inversión, en una de las acepciones más amplias que nunca se hayan manejado.
Las organizaciones sindicales a nivel europeo, apostamos por que estos proyectos garanticen también la transición justa y, además de generar valor añadido económico, que este rendimiento sea también social. Que sirva para que lo europeos ganemos en empleos de calidad, mejores salarios y mejores servicios. Es la Europa que entendemos los sindicatos, y por la que vamos a seguir trabajando.
Los agentes sociales debemos mantener un papel relevante en el diseño de los Planes Nacionales de Recuperación y Resiliencia, primero porque al estar gobernados dentro del Semestre Europeo, ni las instituciones europeas, ni las economías importantes entenderían que no lo hicieran. En segundo lugar, porque huyendo de soluciones con toques poco democráticos, elitistas y nada transparentes, garantizamos que el interés de la clase trabajadora, castigada duramente durante la pandemia, sea salvaguardado, y, tercero, porque los éxitos recientes en materia de diálogo social auguran que los representantes de empresarios y trabajadores son más que capaces de obtener acuerdos positivos en pro del futuro del país.
